De Bilbao a la Fashion Week Madrid: así es la firma que se abre paso entre los grandes la moda
01/07/2019La Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, que se celebra del 5 al 10 de julio en la capital, es una cita casi obligatoria para todos los vinculados a la industria de la moda, y más si tus creaciones se exponen por primera vez en el espacio IFEMA. Así ha ocurrido con la firma bilbaína MAL Studio Project, fundada en 2014 y capitaneada por la diseñadora Michelle Lima. Con su estilo atemporal y conceptual pretenden captar todas las miradas en el Showroom EGO, donde han sido seleccionada para mostrar este año su colección. Esto supone un paso decisivo para la carrera profesional joven peruana. Por el momento, el Museo de La Encartada en Balmaseda, el de Balenciaga en Getaria y Gazteiz On, entre otros, ya se han rendido a sus pies. En este último, además, obtuvo el premio a la mejor colección. Este año ha presentado su candidatura para desfilar el próximo enero en la pasarela madrileña. «Voy a dar lo mejor de mí, con el estante en EGO también pensaba que era imposible, pero aquí estoy, lo logré», cuenta. Su capacidad para sorprender con nuevas creaciones no tiene tregua.
El carácter de cambio constante de MAL Studio Project hace que las primeras colecciones respecto a la últim no tengan nada que ver. «Si las pones de frente parece que ni siquiera las ha hecho la misma persona», cuenta entre risas. Aunque a ambas les une un «concepto imposible». Entonces las piezas se concebían en negro con líneas grotescas. Se llegó, sorprendentemente, al blanco, y ahora se aprecia mucho color en las piezas, fluidas y básicas. «Me gusta mucho trabajar con el plástico, aunque esta vez lo he dejado de lado», desvela. Los que conocen a Michelle Lima aseguran que sorprenderá con lo que venga. Siempre esperan una cosa y luego hace todo lo contrario. Una prenda fundamental en sus colecciones es el poncho, siempre crea uno diferente, pero lo diseña con su toque personal: con una única manga. «Ya tengo muchas versiones, uno por cada colección», cuenta.
En estos últimos meses, Michelle se ha centrado en el diseño de camisetas, como la que viste hoy con el logo de su firma en blanco y negro. «Después de hacer colecciones conceptuales he llegado a un momento en el que tengo que vivir de ello, tengo que vender y lo más básico siempre funciona, pero sin perder la esencia, claro», cuenta. Además, aclara que todos los diseñadores pasan por diferentes fases. En el comienzo de las firmas siempre vienen momentos más creativos, más tarde todo cambia. «Se trata de estar constantemente en evolución», expresa. Pero eso sí, en el proceso creativo está en contacto con grupos de mujeres artesanas de Perú. Ella les dice qué tienen que hacer y lo hacen «de maravilla». Sus últimas colecciones, con producciones algo más extensas, se han realizado también en el país andino. «Estuve cuatro meses trabajando en casa», añade.
Un flechazo
Su aventura comenzó hace diez años. Con 20, abandonaba su país y dejaba los estudios de Diseño en Lima para buscar suerte en el mundo de la moda al lado del charco. «No es lo mismo estudiar esta materia en Latinoamérica que en Europa», confiesa. Primero, llegó a Canarias y a los tres meses conoció Bilbao y se enamoró perdidamente. «Empecé a venir cada semana y al final, sin pensarlo, me quedé», cuenta. Indagó en diferentes escuelas de diseño por la ciudad. Encontró la que buscaba, Inedi Design School. Dentro del programa, nació su firma de prendas unisex. Lo que nunca hubiera imaginado es que el proyecto iba a crecer a esta escala. Mas tarde, completó un curso de verano en la mismísima Central Saint Martins de Londres, considerada la mejor escuela de diseño del mundo. En 2015, se presentaba a un concurso de ANDE, la Asociación de Nuevos y Jóvenes Talentos del País Vasco. A un miembro del jurado le gustó su colección y la invitó a participar en La Encartada Moda por primera vez. «Ver que gusta lo que haces es lo más. Necesitamos también que crean en nuestro trabajo», expresa Michelle.
El diseño de moda siempre le había apasionado. Cuando era niña le daba la vuelta a las prendas que ya tenía y las convertía en otras con más estilo. Todo comenzó cuando jugaba con sus sobrinas a las muñecas. Ella les hacía los vestidos. «En ese momento comencé a estudiar un curso de confección en Lima», anuncia. A raíz de ahí decidió que no quería coser, quería diseñar prendas. Poco a poco, descubrió su camino. Ya no le atraía trabajar para una firma, quería demostrarle al mundo y en solitario cómo era capaz de expresarse a través de la moda. Mientras muchas personas veían solo la parte «banal y superficial» de esta industria, ella disfrutaba con el trabajo que hay detrás. «Me involucro en este proceso todos los días», cuenta. La prenda más especial que sus manos han creado fue un vestido de quinceañera para una conocida en Perú. «Era todo un reto para mi porque nunca había hecho nada parecido pero aprendí mucho», expresa. El estilo de estos vestidos son especiales, se rigen por una «estética Barbie» con muchos volantes, corsé y corpiño. Le encantó la experiencia y terminó cogiendo cariño al vestuario creado.
«Ver que gusta lo que haces es lo más. Necesitamos que crean en nuestro trabajo»
Michelle es una mujer que se deja llevar por las emociones del momento y sus diseños también lo hacen. «Ahora estoy muy explosiva y feliz», cuenta con simpatía, y esto lo trasmite en sus creaciones. Le inspiran las anécdotas e historias. «Combino un poco de todo», desvela. Pero lo que no hace bajo ningún concepto es basarse en objetos como las flores por ejemplo. Es una técnica generalmente utilizada entre los artistas. Su última colección se llama Amig@, con arroba incluida.
Se puede decir que su estudio es su segunda casa. Una oficina donde sabe cuándo entra pero no cuándo sale. Además, sus días no tienen una rutina fija establecida. «Voy haciendo poco a poco las cosas que surgen en el momento», expresa. A la hora de diseñar, Michelle tiene un método de trabajo curioso. Cuando se presentaba a concursos de diseño hacía bocetos de la colección. Ahora lo hace a través de un proceso mucho más libre: cuando tiene el primer look completo diseña otros a partir de este. El número de cambios de cada colección por año también ha variado. Antes eran solo uno, ahora son dos: en primavera- verano y otoño- invierno. «Generalmente hacía diez pases pero la última cuenta con 16, todo un logro», desvela.
Michelle es una mujer que sueña a poquitos. Estos días va de un lado para otro ultimando la cita de la semana que viene en el Showroom EGO. Más tarde, tiene varios meses para encontrar la inspiración y presentar el proyecto que le llevará, con suerte, a Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. «Para mi sería todo un logro», expresa. Una vez conseguido, mirará de reojo las pasarelas más influyentes a nivel internacional como la de Nueva York, por ejemplo. También la llenaría de ilusión poder desfilar en su país de origen, Perú. «Me lo han propuesto más de una vez, lo que pasa es que no he podido por cuestión de agenda», cuenta. Esta joven apasionada por el diseño de moda espera estar en boga mucho tiempo. ¿Con qué propuestas nos sorprenderá Michelle en su próximo desfile? Hagan sus apuestas.
Publicado en elcorreo.com
Fecha de publicación 30 de junio de 2019